4.2.5. Tecnología de ADN
recombinante en la agricultura
Aplicaciones en
agricultura.
También es posible
evitar los métodos tradicionales de mejora genética y transferir directamente
las características deseables a animales
y plantas importantes desde el punto de vista de la agricultura. Estas técnicas
tienen la capacidad de aumentar las tasas de crecimiento y la producción global
de proteínas de los animales de granja. El gen que codifica la hormona del
crecimiento ya ha sido transferido de ratas a ratones, y los métodos de
fertilización in vitro e implantación de
embriones han alcanzado un nivel de
desarrollo relativamente alto.
Recientemente, se ha
utilizado la hormona del crecimiento bovina para aumentar la producción de
leche al menos un 10%. Es posible que también puedan mejorarse la resistencia a
la enfermedad y la tolerancia a condiciones ambientales extremas de los
animales de granja. Se ha invertido un esfuerzo considerable en la
transferencia a otras plantas de cultivo de las capacidades fijadoras de
nitrógeno de las bacterias asociadas a las leguminosas. Los principales genes
responsables de este proceso se han clonado y transferido al genoma de las
células de plantas; sin embargo, las células receptoras no han sido
capaces de fijar el nitrógeno. Si se
tuviera éxito en este proyecto, los beneficios potenciales para plantas de
cultivo tales como el maíz serían importantes. No obstante, existe cierta
preocupación en torno al hecho de que las nuevas variedades fijadoras de
nitrógeno pudieran propagarse de forma indiscriminada como malas hierbas o alterar
el ciclo de nitrógeno del suelo.
Los intentos de
conferir a las plantas resistencia a las condiciones ambientales adversas han
tenido más éxito. Por ejemplo, se aislaron de Salmonella los genes responsables
de la detoxificación de los herbicidas basados en el glifosato, y se
introdujeron en células de la planta del tabaco utilizando el plásmido Ti Las
plantas regeneradas a partir de las células recombinantes eran resistentes al
herbicida. También se han desarrollado variedades de algodón y de maíz fértil
transgénico resistentes a los herbicidas. Este hecho tiene una importancia
considerable, ya que numerosas plantas sufren efectos adversos al ser tratadas
con herbicidas. Las plantas de cultivo resistentes no sufrirían ningún efecto derivado
de los agentes químicos empleados para el control de las malas hierbas, y las
cosechas probablemente serían mucho mayores.
Se están explorando
muchas otras aplicaciones en agricultura. Un buen ejemplo lo constituye una
cepa alterada de Pseudomonas syringae que protege a las plantas de los daños por
congelación porque no puede producir la proteína que induce la formación de
cristales de hielo. Se está invirtiendo un gran esfuerzo en la protección de
las plantas frente a plagas sin el uso de pesticidas químicos y se está
estudiando una cepa de Pseudomonas fluorescens que contiene el gen que codifica
la toxina de Bacillus thuringiensis. Esta toxina destruye muchas plagas de
insectos, como la mariposa de la col y el gusano barrenador del maíz. También
se ha desarrollado una variedad de maíz que contiene el gen de la toxina de
B.thuringiensis. Existe un interés considerable por los virus destructores de
insectos, y en particular por los baculovirus. Se ha insertado un gen que
codifica la toxina del escorpión en el virus multicápside de la polihedrosis
nuclear (AcMNPV). Este virus, desarrollado mediante ingeniería genética, mata a
la mariposa de la col con mayor rapidez que el virus normal, y reduce de forma
significativa los daños en el maíz. Finalmente, se están desarrollando cepas de
soja, patata, calabacín, arroz y otras plantas, resistentes frente a virus.
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